jueves, diciembre 04, 2008

Diciembre

Vanidoso le sonríe el sol hoy mientras le calienta las manos y le alumbra los ojos cambiándoles el color a un cafecito claro, como caramelo. Ella camina contenta de percibir su calor y sentir su pelo jugar con el viento con ciertos destellos de la hiperactividad típica de diciembre.

En bicicleta pasa un muchacho que la observa desde lejos y conforme se acerca más atención le presta, pretendiendo ser lo suficientemente evidente para que ella lo note, pero respetuoso para no asustarla. Ella le sonríe al cruzar miradas y él siente un vacío en la panza y se le enfrían las manos.

Ella se vuelve contra el viento y hace como a amarrarse el pelo con las manos, pero lo suelta de nuevo y continúa caminando en la dirección anterior, mientras recuerda que diciembre es un mes especial, terco, pero especial, es un mes lleno de días en los que uno no puede ignorar el sol, discutir con el viento, ni contradecir al corazón.