sábado, octubre 16, 2010

Silenciosamente

Se le veía muy serio, pero si lo observabas con detenimiento, podías distinguirle una sonrisa picara al descubrir que la vida le había besado en la boca nuevamente y sin pensarlo mucho.

Alegre y a paso firme avanzaba dejando un olor a éxito y felicidad que podrían a uno confundirlo fácilmente. Le estreché la mano como los hombres y al mirarle a los ojos pude verle el alma bailar de alegría. Yo tampoco pronuncié palabra, pero sé que comprendió que yo también me alegraba de su gozo.

martes, octubre 12, 2010

Telegrama 53

Hoy como siempre pienso en vos, pero esta vez, no me es posible expresarlo. Te amo