Abrió apenas un ojo y la luz le estorbó, el ruido de la lluvia en su ventana lo invitaba a seguir durmiendo, la casa vacía y en silencio, caliente en sus cobijas… afuera hacia frío, el viento congelaba los huesos y el trabajo llamaba a seguir la rutina…
Fué entonces cuando apagó el despertador, se dio media vuelta y decidió que era domingo.
Fué entonces cuando apagó el despertador, se dio media vuelta y decidió que era domingo.