martes, mayo 22, 2007

Otoño

Es lindo leer sobre el otoño, inclusive creo haber escrito sobre algunas imágenes de un otoño imaginario, porque en mi país no existe el otoño y curiosamente, lo extraño. Lo extraño para enamorarme y tener un pretexto para ir a buscarte en gabardina. Para salir a fotografiar los árboles tristes y los patos y para escribir sobre el viento que acumula las hojas en las alcantarillas.

Extraño el otoño porque enfría el mar, afina los violines y me toca el pecho hasta sacarme las lagrimas.

Extraño el otoño, porque muda la vida, renueva olores y se prepara para pintar nuevamente el horizonte. Se me mete bajo la piel y me lleva de vuelta a los libros, a una silenciosa biblioteca, a mis lápices y papeles, a mi guitarra, me deja crecer la barba y me lleva el pensamiento a vos.

Extraño el otoño, por lo elegantes que se ven los vasos de agua, porque la madera toma un color distinto, más sobrio y elegante, permitiéndome inspirarme por las tardes para escribirte una carta y contarte que te extraño tanto, que más que al otoño te extraño a vos… extraño que estés aquí conmigo y jugués a pintar las nubes, mientras observo tu falda que baila con la brisa y me inspira a escribir sobre las tardes de otoño.
nacido por andar husmeando escritos de mi amigo Ariel.