miércoles, mayo 12, 2010

Dejala que piense

Con ese friíto que a veces estorba del aire acondicionado pegándole en los hombros y en la espalda, se abraza las piernas reposando los labios en las rodillas y vertiendo lágrimas de emoción sobre su propia piel.

El ron le hace eco en la cabeza y el sabor a hogar que le queda en su boca le pone a pensar en futuro y pasado enredándole el presente con imágenes de llantos y carcajadas.

El espejo del baño aún empañado… una toalla en el piso, en la otra ella sentada. La tranquilidad de esa noche, parece chiste irónico al intenso tráfico de sus pensamientos.

Si pudiéramos verla, vos querrías tocarla y yo posiblemente hablarle. Así que mejor imaginémosla y seguimos en lo nuestro, que le irrita ser interrumpida con caricias y preguntas.