Te asustás, te ofuscás, el tiempo va pasando y el ahogo aumentando, no te basta el presente para liberar el tiempo atrapado en tu pecho ni el desvelo de tus ojos.
Lágrimas y dudas te agotan sin darte mucho espacio, pero aún así encontrás el instante y la hendija en el tiempo para colar una sonrisa y hasta una carcajada que con tanta contagiosa alegría encantás a tus similares, porque iguales no tenés.
Tu rareza enigmática y sensual se torna de un color ámbar, mudando su original café rojizo, como tostándote por fuera, consecuencia del calor interno que sentís y tratás de evitar se te escape por los dedos.
Lágrimas y dudas te agotan sin darte mucho espacio, pero aún así encontrás el instante y la hendija en el tiempo para colar una sonrisa y hasta una carcajada que con tanta contagiosa alegría encantás a tus similares, porque iguales no tenés.
Tu rareza enigmática y sensual se torna de un color ámbar, mudando su original café rojizo, como tostándote por fuera, consecuencia del calor interno que sentís y tratás de evitar se te escape por los dedos.