miércoles, enero 14, 2009

Despedidas

Leer la segunda parte en A la luna en bote


…caminó a paso firme alejándose de aquella casa, de ella, de su propia vida, una vida que dejaba atrás por asuntos legales, más allá de su control. Cada paso que daba lo hacía con determinación como justificándose a sí mismo. El agua le mojaba los hombros y el cigarrillo que prendió en la parada de bus mientras esperaba.

Cuando despertó había ya oscurecido, no supo que hora era, pero no le importó si el tiempo no existe o había dejado de existir, al final de cuentas, ¿qué diferencia hacía ya?. El olor de su lecho volvió a llegarle al corazón trayéndole una melaza de recuerdos y preguntas que le atragantaron el pecho.
Cuarta parte en A la luna en bote